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Wolframio: una materia prima clave que se ha disparado un 50% en dos meses

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La UE considera al también llamado tungsteno como materia prima “crítica”

En España hay dos proyectos en marcha, en Salamanca y en Ciudad Real

Sus aplicaciones son especialmente importantes en la industria.

El wolframio o tungsteno es una materia prima poco conocido, pero de la que depende la defensa y la economía de Occidente. Y en los dos últimos meses se está disparando como ninguno: ha subido un 50% por el miedo a China, que produce alrededor del 80% de este material a nivel global, recorte la producción.

El gigante asiático está aplicando medidas más severas en la minería como parte de una campaña para combatir la contaminación y estrechar el control de su masivo complejo industrial. Al igual que en el wolframio, sus políticas se han notado en las tierras raras (de las que China también produce alrededor del 80%) y en metales tradicionales como el acero o el aluminio, todos disparados de precio en un momento además en el que la demanda crece por sus aplicaciones en la tecnología.

“Los chinos han estado tratando de controlar la producción de tungsteno. Han usado sus políticas medioambientales para reducir la producción no asignada en cuotas”, explica Mark Seddon, senior manager de Argus Consulting (Metals). De momento, el precio del wolframio en Europa se ha disparado un 52% desde principios de julio, batiendo a los 22 principales elementos del Bloomberg Commodities Index.

Una materia prima crítica
La Unión Europea clasifica el tunsteno como una materia prima “crítica” y en Reino Unido la colocan como el material con mayor riesgo de los considerados necesarios para mantener la economía y el estilo de vida británicos. Hace cinco años, copó los titulares cuando el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio contra China por las limitaciones a su producción. El uso del wolframio y sus aleaciones es clave por su dureza y capacidad de soportar el calor. Su uso es clave para la industria, ya que sus propiedades ayudan a la producción de máquinas, especialmente de corte, lo que lo convierte casi en imprescindible.
En España, está en marcha la construcción de una importante mina de wolframio en el municipio de Barruecopardo, en Salamanca, que se espera que esté operativa a finales del año que viene y que ya estuvo abierta hasta 1982. Además, está aprobado el proyecto de otra gran mina en Abenójar, Ciudad Real, que podría convertirse en la más grande de Europa.
China tiene impuesto un tope de 91.300 toneladas métricas al año, pero lo rompe de manera habitual hasta en un 50% gracias al extraído de minas que producen otros materiales. Parece que esa tolerancia del Gobierno se ha acabado, al menos de momento. El Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información emitió un edicto el pasado 6 de junio exigiendo el cumplimiento de las cuotas bajo amenaza de suspender toda la producción de aquellos que se saltaran los límites. Además, avisó de que no garantizaría las cuotas de producción a aquellas empresas que no cumplieran las normas de seguridad o medioambientales.
El tungsteno o wolframio tiene el punto de ebullución más alto de todos los elementos conocidos, y la industria que más consume es la automovílistica, con un 25% del total, principalmente para su maquinaria. Su alta densidad también hace que se use en misiles, aunque sus aplicaciones abarcan la Sanidad (odontología, rayos-X), la telefonía móvil, la aviación, la industria química o las fuentes de luz, entre otras.

elEconomista.es 11/09/2017

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