UNIRAID 2019. UNA AVENTURA SOLIDARIA
Noticias JG AutomotiveNuestra pareja de aventureros solidarios Antonio y Alejandro apoyados por JG Automotive, nos cuentan etapa a etapa su paso por el rally solidario de UNIRAID.
“Nos embarcamos en el ferry. No es la primera vez cruzando el estrecho y es por ello que no hay nervios, solo expectación. A bordo de nuestro coche, 130 kilos de material solidario y un panel solar, que esperan a ser descargados en Meknes. Confiamos en nuestro coche, tanto, que llegamos a Meknes los primeros, incluso antes que la propia organización. Acto seguido comienzan las verificaciones a todos los equipos y descargamos el material. Un camión de 6 ejes lleno hasta los topes y varias furgonetas con paneles solares, ordenadores, y el material más frágil. Creemos estar relajados, pero nuestro coche no está listo. Aún faltan por montar algunas protecciones de los bajos y la puesta a punto final. Cena, briefing y varios mish mish, y cogemos cama a las 2 de la mañana.
Etapa 1
Menos mal que tenemos ilusión, y a las 7 de la mañana estamos desayunando, con el coche cargado y preparado para salir y atacar la primera etapa. Se puede tomar un atajo a mitad de etapa, pero tenemos claro que la vamos a hacer completa. Salimos con un pequeño grupo de amigos y durante la etapa ningún problema, los coches aguantan bien, seguimos el roadbook al pie de la letra y nos adentramos en el Atlas, hacia poblaciones remotas. Frecuentes paradas a repartir material solidario, nos sorprendió que lo que más querían los niños eran bolígrafos y cuadernos. También caramelos. Nos dimos cuenta de que deberíamos llevar más material a bordo, y ahí acertamos de pleno. La pista resultó ser intransitable y, quebrantando una de las reglas de oro de Uniraid, inventamos un poco y encontramos una ruta alternativa. Llegamos al campamento sin más contratiempos que una copela desencajada. Justo a tiempo para ver finalizar la entrega oficial de material solidario, unas 1000 personas se reunían en el campamento donde haríamos noche para recoger dicho material. Lo que sobró se entregó al presidente de la asociación de Kerrounea, para que se distribuya a las familias más aisladas y necesitadas de la zona. Antes de volver a cargar el camión, cogimos unos 30kg del material que habíamos entregado previamente, para llevarlo a bordo y repartirlo durante la expedición. Unas cervezas a los mecánicos y después de cenar ya teníamos copela reparada y reforzada. No volvimos a necesitar asistencia mecánica, pero nos quedó claro que los verdaderos héroes de Uniraid son los mecánicos. Mañana tocaba etapa dura, mucha menos carretera que hoy, revisamos el coche y a dormir.
Etapa 2
Comenzamos con un enlace de carretera, seguido de pista dura. No parece complicado, hasta llegar a los tramos con arena… hoy nos enfrentamos a nuestro primero fes-fes en Uniraid. Fes-fes es el nombre que reciben los ríos de arena fina provocada por la erosión. La mejor forma de atravesarlos es parar el coche, hacer un reconocimiento del terreno, trazar el camino más viable… y pasarlo “rapidito”. No hacía falta fijarse en el suelo para saber que habíamos llegado.
Unos 15-20 coches se agolpaban a la entrada. Los atascados taponaban la pista y estaban creando un cuello de botella. Echamos un rato ayudándonos entre todos, explicando trucos a los menos experimentados y eslingando Peugeots 205.
Pasamos por pequeñas poblaciones donde seguimos parando a repartir más material, nos centramos sobre todo en los niños. El desarrollo es tangible, plantaciones de palmeras, viviendas en construcción, escuelas en todos los pueblos….
Llegamos al campamento entre dunas. Sin quererlo, ¡fuimos los primeros en finalizar la etapa 2!
Etapa 3
Hoy nos enfrentamos a una corta etapa circular. Es la mejor forma de aprender a navegar mejor con el roadbook y a conducir sobre la arena. La etapa es corta (50km), pero los tramos de arena son exigentes. En varias ocasiones nos vemos obligados a ayudar a compañeros con nuestro equipo de desatasco o a remolcarles. La etapa finaliza sin más contratiempos y comenzamos a preparar nuestro pequeño proyecto solidario. Hemos entregado e instalado un panel solar en un campamento en Erg Znigi, que junto a otros proyectos como la construcción de un pozo y un palmeral, servirá como lugar e asentamiento para muchas familias nómadas que habitan la zona. Tras el briefing, llega una pequeña sorpresa. La organización ha hecho grupos aleatorios y cada equipo debe participar en la etapa nocturna. Tenemos que encontrar 4 balizas desperdigadas en un radio de 4km, orientados únicamente con la brújula. Nuestra orientación y cálculos liderando el equipo fueron perfectas y, pese a no tener mucha experiencia con la brújula, nuestro equipo acabó como primer clasificado en esta etapa.
Etapa 4
Hoy comienza la etapa maratón. Tenemos dos días para llegar de A a B, haciendo noche al aire libre, donde nos apetezca. Los errores de conducción se pagarán caros. Atendiendo a las exigencias de la organización conformamos nuestro equipo de 4 coches, y nos disponemos a comenzar la etapa. Tenemos ciertas horas límites a cumplir, tienen que llegar todos los integrantes del equipo y además, tenemos que cruzar un río de arena de 3km de longitud. Antes de llegar al río, paramos en Ramlia, un pueblo donde ya habíamos estado en anteriores viajes. Repartimos material solidario (principalmente calzado) mientras nuestros compañeros de equipo curaban un corte en el dedo gordo de un chiquitín. Nos sorprendimos de ver que aquel pueblo había crecido considerablemente.
Bajamos presiones en las ruedas y, de uno en uno, cruzamos los 3km de fes fes. Pasamos nosotros, bien. Pasan nuestros compañeros del 205, bien. Pasan nuestros compañeros del 4Latas, bien. A lo lejos vemos como el último coche de nuestro convoy (otro 4Latas) se acerca hacia nosotros… no nos lo creíamos, el reto más grande de todo UNIRAID y el equipo entero lo habíamos cruzado en menos de 20 minutos… o no. Inexplicablemente, la nube de polvo que levantaban viró hacia la derecha… habían cogido mal la última bifurcación y no pudimos hacer mucho mientras veíamos como el rastro de Pepe Y Paco se iba disipando en el aire. Pensando que no habrían llegado muy lejos cogemos planchas de desatasco y salimos en su búsqueda. Tras 2 horas caminando por el desierto, nos dimos cuenta de que no los encontraríamos. Reanudamos la marcha hacia la zona de acampada, no sin contratiempos: el Peugeot 205 de
nuestros compañeros se sobrecalentó a 2 kilómetros del campamento y al intentar remolcarlos, arrancamos el gancho de su chasis de golpe. Por los pelos pero… ¡volvimos a llegar los primeros a la meta!
Aquella tarde, en contraste, fue la más tranquila, el único horario que teníamos era el de salida al día siguiente. Cercanos a una duna, acampados, pasamos la tarde y la noche con nuestro grupo de amigos.
Etapa 5
Aquella mañana el despertar fue duro. Nada tuvo que ver con las cervezas y el vino de la noche anterior, sino, una vez más con los coches. Todos los coches amanecieron con diferentes problemas, únicamente uno de ellos, que había hecho el enlace por carretera y no había sufrido la etapa maratón, nos acompañó. Tras salir del campamento y emprender una trialera de aproximadamente 4km descubrimos que tampoco podría continuar… El motor de aquel Ibiza se había descolgado completamente… de no ser por el cubrecárter habría acabado en el suelo. Dieron media vuelta en busca de la asistencia mecánica, significando así que la segunda parte de la etapa maratón la haríamos en solitario. Conquistamos la cima y nos encontramos con un pequeño tapón de coches para emprender la ‘bajada de la muerte’. Rápidamente bajamos con nuestras planchas, asistimos a los que se habían quedado enganchados y formaban el tapón y llegó nuestro turno. Más de 4km de arena suelta en bajada, tramo que requería una elevada velocidad y lo más importante, no frenar para evitar quedar atascado. Gas a fondo y el BMW voló sobre la arena. El resto de la etapa transcurrió de forma tranquila, parando frecuentemente a repartir material, hasta que llegamos a una casilla en el roadbook que no cuadraba. Una errata en el diseño de éste nos condujo por un rio de puro barro, fue un momento tenso en el que casi nos quedamos atascados en un lugar crítico. Finalmente continuamos la etapa, y paramos a comer en un restaurante en NKob. Adoptamos la cultura local y nos sentamos en una terraza mirando hacia la calle, viendo al resto de equipos pasar. Mientras recordábamos anécdotas del viaje y escribíamos estas memorias, llegamos a la conclusión de que habíamos hecho un muy buen UNIRAID. Tan sólo quedaban enlaces por carretera. Todo el trabajo de los anteriores meses había merecido la pena. Llegamos al campamento nos hicimos la foto finish y pasamos la noche compartiendo anécdotas con nuestros compañeros de viaje.
Etapa 6
Hoy nos dirigimos a Marrakesh, el destino final, el contraste más absoluto entre el Marruecos rural y la occidentalización de las ciudades.y la occidentalización de las ciudades.”