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La triple amenaza a la que se enfrenta el sector de la automoción a lo largo de 2020

Noticias Automoción
  • El sector pide ayudas para impulsar la demanda y mejorar la liquidez
  • La automoción supone el 10% del PIB nacional y emplea al 9% de la población activa
  • Esta industria ha sido la única actividad industrial que ha paralizado su actividad al completo

Imagínese frenar en seco un buque. Es una maniobra que se puede realizar, pero cuyas consecuencias no son nada recomendables. Eso es lo que le ha pasado al sector de la automoción con la llegada del coronavirus.

La paralización total del sector el pasado 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno, está pendiente de comprobar las consecuencias que le acarreará.

Y es que este buque no es nada ligero, pues en su interior arrastra el 10% del PIB nacional y da empleo al 9% de la población activa. Casi nada.

Cuando empezó 2020 el buque tenía un destino fijado: reducir las emisiones de sus vehículos por una normativa de la Unión Europea. Un objetivo nada fácil si tenemos en cuenta que en España se producen mayoritariamente vehículos diésel y gasolina.

Pero con sus más y sus menos se estaba llevando a cabo. Las automovilísticas pusieron en marcha nuevas plataformas para el desarrollo de modelos electrificados. Este es el caso de nueve de las doce plantas españolas. Modelos como el Citroën Berlingo eléctrico, el Ford Mondeo híbrido, la Nissan e-NV200, el Opel Corsa eléctrico, la Mercedes-Benz e-Vito y el Peugeot Partner se producen en España. Pendiente de que se reanude la actividad, y con ella la normalidad, están otros ocho modelos.

Con el frenazo al que se ha visto sometido el sector automovilístico se ha producido un cambio de rumbo, aunque no de meta. El objetivo de reducir las emisiones sigue en pie, de momento, pero las condiciones de viaje no son las mismas.

Las automovilísticas se han visto obligadas a aplicar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Ertes) por causas de fuerza mayor. Algunas ya han negociado nuevos Ertes por causas organizativas o productivas, como PSA en Figueruelas o en Vigo, y se prevé que otras apliquen esta fórmula cuando venzan los Ertes de fuerza mayor que están vigentes en la actualidad. Así lo ha asegurado el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall.

Ante esta tesitura, los fabricantes europeos de automoción, agrupados bajo la patronal comunitaria Acea, ya han solicitado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una moratoria de un año para cumplir con los objetivos de emisiones. Y es que estos la normativa obliga a los fabricantes a que la media de sus automóviles vendidos en la región a partir de 2020 no genere más de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.

En caso de no cumplir con los niveles establecidos, las automovilísticas podrían exponerse al pago de multas millonarias, ya que tendrán que abonar 95 euros por cada gramo y vehículo vendido que supere estas cifras. Pero en caso de conseguir la moratoria, los fabricantes conseguirán tiempo para conseguir cumplir con las demandas de la UE, así como más tiempo para vender vehículos de combustión interna. Y es que las marcas sacan un mayor margen de beneficio a este tipo de motorizaciones que a los vehículos eléctricos.

El sector pide ayudas

Recapitulemos: tenemos un buque varado en medio del océano, con casi medio millón de empleados de manera directa en su interior, y con unas exigencias, por parte de la autoridad portuaria, que le complica su llegada a puerto en condiciones de seguridad. Ante esta primera amenaza, el sector se enfrenta a una segunda: no poder hacer frente a estas obligaciones.

Por ello, el buque ha solicitado medidas de choque, con el objetivo de evitar el hundimiento. Es lo que ha pasado con la automoción. El conjunto del sector ha pedido al Gobierno que apruebe un plan de choque nacional de medidas urgentes y específicas para el sector del automóvil y otros vehículos, como vehículos industriales, autobuses, motocicletas o ciclomotores.

Entre las demandas de estas asociaciones destaca un plan de choque nacional de apoyo al sector que cuente con medidas de impulso a la demanda, que ayuden a la recuperación global del mercado y sus servicios, que promuevan la renovación del parque con todas las nuevas tecnologías disponibles e impulsen el cumplimiento de los objetivos medioambientales del sector.

Además, este plan de choque ha de complementarse con medidas para mejorar la liquidez de las empresas, en especial las de menor tamaño y riesgo financiero; medidas fiscales para reactivar el mercado; medidas de flexibilidad laboral, y, por último, medidas para el impulso de la inversión y de la industria 4.0.

Las asociaciones que han impulsado este plan de choque han considerado que este paquete de medidas debería abordar todos los aspectos relevantes para la industria y el sector de la automoción, de tal manera que se garantice, en la medida de lo posible dentro de la grave crisis que atraviesa España, la competitividad y viabilidad futura de todas las empresas y componentes de la cadena de valor de este sector.

Fin de la moratoria WLTP

El sector cuenta con una doble amenaza sobre su espalda, pero no es la última. Hay una tercera que vence el próximo 31 de diciembre. En esa fecha vence la moratoria que concedió el Ministerio de Industria para la aplicación del nuevo protocolo de medición de emisiones WLTP. Con esta moratoria, que se concedió el pasado 31 de agosto de 2018, se podrían correlacionar los valores de CO2 estipulados por el WLTP con los valores de las extintas pruebas NEDC.

Así, el Ministerio de Industria permite utilizar el valor correlacionado hasta esa fecha para dar un “tratamiento homogéneo” a la fiscalidad de los vehículos y “mitigar” el impacto directo sobre la demanda de automóviles de WLTP, según detalló el Ministerio de la que es titular la ministra Reyes Maroto.

Con esta medida, los posibles aumentos en el impuesto de Matriculación se ven mitigados gracias a un mecanismo de correlación entre ambos sistemas de medición. Dicho de otra manera: esta moratoria limitaba la posible caída de la demanda que se hubiera producido por un incremento de la tributación sobre cada automóvil nuevo.

Pero el tiempo se acaba y la moratoria tiende a su fin. Si desde el Gobierno no se aplica una nueva moratoria, la demanda de vehículos caerá, más aun si tenemos en cuenta las consecuencias que tendrá la crisis del coronavirus. Y es que, según el Fondo Monetario Internacional, el PIB español caerá un 8% en 2020 y la tasa de paro alcanzará el 20,8%.

En definitiva, tras superar la pandemia del coronavirus, el sector de la automoción necesitará dos cosas; por un lado, estímulos por parte de las distintas administraciones públicas y; por otro, tiempo para poder recuperarse de este parón y cumplir con las distintas normativas en materias de emisiones. No estamos hablando de un buque cualquiera, sino del segundo más grande de Europa y del noveno más grande del mundo.

El Economista – 16/04/2020

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