Contacto al volante con el Mercedes-Benz Arocs: Sin miedo al barro
Noticias AutomociónPor Silvio Pinto.- En una magnífica demostración de músculo, Mercedes-Benz ha convocado a la prensa europea especializada en tierras alemanas para mostrar sus soluciones en el segmento de la construcción. Teoría y práctica para mostrar los nuevos poderes de Arocs y compañía.
Han transcurrido algo más de cuatro años desde que nos fuera presentado el Arocs. Lo conocimos en su país y en su terreno, ese en el que el asfalto brilla por su ausencia, y es precisamente la ausencia de asfalto la que hace brillar al todopoderoso obrero alemán. Un camión nacido con estrella, que en menos de un lustro se ha convertido en estrella de la construcción, con un mundo de posibilidades.
Podríamos aventurar, sin temor a equivocarnos, que Mercedes-Benz es el fabricante que más variantes comercializa para dar cobertura a un sector que tras más de un lustro de parálisis ha comenzado a juntar algunos trimestres de reactivación, aunque todavía alejado de aquella época “dorada”. Múltiples posibilidades y soluciones exclusivas, en torno a una gama muy especializada, que además se complementa con algunas variantes de Atego y Actros convenientemente adaptadas a las exclusivas condiciones de trabajo del segmento de las obras. Un universo de posibilidades conformado por tres familias de vehículos, cinco grupos propulsores diferentes…
Turboembrague retardador (TRK)
Estamos ante uno de los productos más exclusivos de la marca, que lució una de las demostraciones más espectaculares de la jornada. El TRK supone un maridaje tan magnífico como eficaz, que es lo que se busca en este entorno, entre un retarder y un embrague hidráulico. La virtud del sistema está en la posibilidad que brinda de controlar con la máxima precisión el camión a plena carga, especialmente en arranques y paradas en cualquier tipo de pendiente.
En este caso, pudimos comprobar su eficacia a los mandos de un Arocs 4151 8×8/4, con una carga que completaba un peso total de 27 toneladas en una pendiente con un 30% de desnivel. Con el solo uso del pedal del acelerador pudimos dominar el vehículo en el ascenso con la máxima seguridad.
En torno a las 1.000 rpm el vehículo comenzaba su desplazamiento progresivamente sin el más mínimo atisbo de tirón. Levantando levemente el pie, para hacer girar el motor por debajo de ese régimen, el vehículo se detenía, iniciando un ligero descenso si nos acercábamos a las 900 rpm. Toda esta secuencia se producía con la máxima fluidez, y por lo tanto sin el menor rebote de la suspensión, acción que supondría un serio riesgo en esas circunstancias.
Con el pedal del acelerador estábamos controlando la tracción de la docena de neumáticos de este cuatro ejes, con sus correspondientes bloqueos de diferenciales activados, por supuesto. Un icono en verde en la base del display nos indica que el mecanismo (TRK) está trabajando.
TODO TRANSPORTE – 08/01/2018