Opel estaba en el hoyo. Los 18 años seguidos de pérdidas eran una losa de tales dimensiones que General Motors decidió venderla en 2017 en lo que suponía abandonar la producción en Europa. PSA, propietario de marcas como Peugeot, Citroën y DS, asumió el riesgo y se la quedó. Preveía devolverla a los beneficios en